martes, 11 de febrero de 2014

A XANICA. Ti yilkaa'b. Un pensamiento.


A Xanica, mi pueblo

Cuando te recuerdo, mi corazón se llena de emociones, te imagino exactamente en el lugar que te encuentras, al pie de tres grandiosos cerros, Kyii’y Yëëts, Cerro Amarillo, Kyii’y Baas, Cerro de las Abejas y Kyii’y Nis, Cerro Mazorca,  porque  te conozco y porque parte de mi ser se encuentra en ti, además es contigo con quien están mis seres queridos, mis padres, mis hermanos, mis amigos, mis paisanos, y de quienes, sin plantar demasiado la palabra, sabemos de sus esperanzas y desilusiones, de sus alegrías y de sus tristezas. Así te conozco y al recordarte, imagino tus días soleados, entre los meses de marzo a octubre, conformando el tiempo que llamamos en nuestro idioma, bto’ , que son días realmente claros y brillantes, pues por fortuna no tienes el humo que aplasta a las ciudades, y qué decir de tus puestas de sol vistos desde el costado del templo, por cierto, una gran construcción del siglo XVIII que costó mucho trabajo y hasta la vida de nuestros abuelos;  o desde la cancha de básquetbol que se encuentra frente al palacio municipal, que es el lugar donde tus niños y jóvenes descansan después de un arduo día de trabajo, bueno, pues desde ahí, podemos extasiarnos al mirar al sol despedirse de nosotros para ocultarse detrás de las montañas, por el rumbo de San Mateo Piñas, no sin antes pintarte de un color amarillo o rojizo, que te hace ver tan bonita todas las tardes, así también, desde esta altura, 1240 m.s.n.m., tenemos la fortuna de mirar muy a lo lejos una pequeña parte del Océano Pacífico que se sitúa frente a las playas de la Crucecita, Huatulco.    

Así también, cómo no imaginarte en tus  días lluviosos que  son igualmente especiales y diferentes a los días de las ciudades, pues las lluvias se anuncian contigo en los meses de marzo, abril o mayo y en estas primeras lluvias y truenos salen las chicatanas,  con ellas ya tostadas  hacemos una salsa que puesta en una tortilla recién quitada del comal,  forman parte de nuestra alimentación, esperando saborear  las últimas hasta el 13 de junio, día en que sabemos que ya no volveremos a cocinarlas sino hasta el inicio de la siguiente temporada de lluvias,  y así es como junto con los meses de  junio, julio, agosto y septiembre conformarán el tiempo que conocemos en nuestra lengua como bkyo, acompañadas estas lluvias de majestuosos relámpagos y truenos entre los meses de julio a septiembre.

Por todas estas razones, quiero que los demás te conozcan, que sepan de tus bondades y tu generosidad, de tu paciencia al esperar día tras día a tus hijos que se alejan de ti en busca de mejores condiciones de vida, a veces atraídos por todo lo que ofrecen las grandes ciudades,  o quizás también simplemente por querer conocer otros horizontes de nuestra patria, pues como sabes, muchos han emigrado a diferentes puntos de nuestro Estado: Huatulco, Pochutla, Salina Cruz, Juchitán, Matías Romero, Ciudad de Oaxaca, y a otros estados como Chiapas, Veracruz, Guerrero, Mérida, Ciudad de México, y últimamente ya se han atrevido algunos cuantos a alejarse más de ti, yéndose trabajar  a los Estados Unidos, pero siempre llevándote en su memoria, con la esperanza de algún día volver contigo.

No hay muchos libros que hablen sobre ti, así que estas páginas serán un intento de darte a conocer a través de la palabra escrita en nuestra lengua materna: el zapoteco, así como en nuestro segundo idioma: la lengua de Castilla. 

                                                                                                                                                     Sara Cruz García
                                                                                                                                                  Promotora Cultural

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